Los cupcakes se han convertido en productos de moda. En nuestra ciudad podemos encontrar varias tiendas especializadas y muchas pastelerías ofrecen estos vistosos pastelillos en sus mostradores.
Los cupcakes tienen su origen en EEUU, y forman parte de su corta historia desde el siglo XIX. Son dos las historias que circulan sobre su origen en cualquier caso muy relacionadas: la primera cuenta que las amas de casa americanas empleaban para cocinar ese tipo de pastelillos unos recipientes tan pequeños como una taza, donde además mezclaban los ingredientes.
La segunda, hace referencia al sistema de medición americano, medida en tazas. Seguro que en muchas ocasiones os habréis enfrentado a alguna receta, sobre todo las que circulan por la red, en las que las medidas son en tazas (cups)…Pues debido a esa nueva forma de medida se creó una preparación que se hacía en casa y en las pastelerías en la que todos los ingredientes se medían en tazas.
En origen estos nuevos pastelillos también recibieron el nombre de “numbers” (números), ya que la receta original era fácil de recordar ya se se trataba de una secuencia creciente de números en los ingredientes: 1 taza de mantequilla, 2 tazas de azúcar, 3 tazas de harina y 4 huevos (además la fórmula completa necesita 1 taza de leche y 1 cucharada levadura en polvo). Esta fórmula se conocía como la uno-dos-tres-cuatro, y de ella parten las recetas modernas de cupcakes.
Los actuales cupcakes se completaron alrededor de 1950 con la adición de las cremas que además de decorar combinan los sabores del pastelillo. Las cremas pueden ser variadas, siendo las más comunes las cremas de mantequilla, las cremas de chocolate, las cremas de queso, y el fondant de azúcar, coloreado y saborizado para resaltar el resultado.
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